Precioso hotel boutique en medio del Empordà con una cuidadísima propuesta de hotelería y restauración. Decorado con mucho detalle y buen gusto, la tranquilidad que transpiran todas sus estancias, son un bálsamo para la salud. La restauración está a la altura de sus instalaciones. Trato cercano y atento. Muy recomendable la terraza del 2o piso para ver la puesta de sol y el salón para tomar el café y/o la copa después de cenar, con la compañía de la enorme chimenea. Muy recomendable para escapadas de 1 ó 2 noches. Recomiendo quedarse a cenar, y no perderse el desayuno con café de cafetera y zumo de naranja natural de verdad, algo inédito incluso en otros hoteles de 4 y 5 estrellas.